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No estoy de acuerdo

Actualizado: 30 oct 2018

“Lunes. Nos encontramos de nuevo. Nunca seremos amigos pero tal vez podamos superar nuestra enemistad mutua hacia una asociación más positiva.”

-Julio Alexi Genao.


-¡Odio los lunes! -comenta un vecino, a quien responde alegremente el portero:

-Los lunes son puertas que se abren para dejar entrar nuevas oportunidades al empezar la semana, son un nuevo comienzo.


No sorprendería a ninguno que prosiguieran argumentando apasionadamente de por qué es el mejor momento de la semana o el peor, pero contrario a lo que se esperaría, ambos simplemente se saludan y siguen con su día. Esta rutina la repiten todos los lunes amablemente.


El portero ve entrar y salir a mucha gente del lobby del edificio y se esmera en poder alegrar el lunes de quien sea que pase por aquel lugar al mostrarle amabilidad y gentileza. No entiende por qué la gente tiene una actitud tan negativa hacia los lunes, es sólo otro día de la semana. Es como si alguien odiara los martes, miércoles, jueves o viernes porque también se trabaja. Pero no es así para el portero, él recibe y despide a los residentes todos los días, por lo que para él todos son iguales.


Lo que el portero aprendió a hacer durante su tiempo en esta profesión, es aprovechar la oportunidad de conocer a alguien nuevo cada vez que un desconocido cruza la puerta, y así formar amistades con sus visitantes frecuentes. Ser portero para él se convirtió en la posibilidad de ser el confidente y amigo de todos. No podría odiar los lunes y perder la oportunidad de conversar con alguien por estar de mal humor.


Por otro lado, el vecino detesta todo lo que puede encontrar en un lunes. Empezando por el tráfico de la ciudad: ayer todo estaba tranquilo, pero hoy la gente tiene prisa. Y mañana se calmará, que es lo más raro del asunto. ¿Por qué no puede ser un día con tráfico normal? ¿Acaso están manipulados los semáforos para crear atascos? ¿El gobierno quiere que tengamos un mal día? Y ni hablar de caminar o tomar transporte público. Los lunes son odiados porque a la gente le gusta sentirse libre de responsabilidades y es un cambio difícil regresar a la rutina después de finalmente haber podido estar relajado y en paz en el fin de semana. ¿Por qué tenía que llegar el lunes a molestar e interrumpir la serenidad?


Más tarde, el vecino vuelve a casa del trabajo en un estado de euforia, contento de que finalmente ha acabado el lunes. Pasando a un lado del mostrador, nota que el portero está triste por terminar un día tan especial para él. Ambos cruzan una mirada como la de todas las mañanas y noches de los lunes y siguen su camino.


Por medio de esta mirada tan única, expresan solemnemente el uno al otro qué significa el lunes para ellos y simplemente deciden concluir que no están de acuerdo con la opinión del otro, pero que tendrán un respeto mutuo. El vecino no será molestado por el optimismo del portero, y el portero no será agredido por el vecino. Nuevamente, inicia la semana.



Marion Soffer

Ensayo y Cultura

A veces ganas, a veces pierdes.

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